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El director Paddy Breathnach habla de los orígenes de su nueva película, que se estrena en los Estados Unidos este viernes.
por Eric Sasson, para WSJ
Con el reciente descongelamiento de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos y los progresos notables que Cuba parece estar llevando adelante en cuanto a derechos LGBT, la nueva película «Viva» llegará a los cines en el momento más oportuno.
La película cuenta la historia de Jesús (Héctor Medina), un joven peluquero que trabaja en un club nocturno de transformistas y drag-queens en La Habana. Jesús quiere ser uno de sus artistas, y su mentor, Mama (Luis Alberto García), lo anima a subir al escenario. Cuando Ángel (Jorge Perugorría), padre ausente de Jesús , vuelve a entrar repentinamente en su vida, padre e hijo chocan, luchando para aceptarse y entenderse uno al otro.
Un éxito en el Telluride Film Festival en 2015, «Viva» fue también la llave de Irlanda para acceder al premio a la mejor película extranjera de la Academia de este año. Según el director Paddy Breathnach, «Viva» fue un largo proceso, con la idea brillando en un show de drag-queens y transformistas en Cuba en 1996.
«Un artista se encendió y comenzó a cantar y sentí ese momento visceralmente conmovedor y de un enorme poder emocional», dijo Breathnach. «Me di cuenta de una mujer entre la audiencia llorando y le pregunté por qué estaba llorando y ella me dijo: ‘Ese es mi hermano. Él es feliz sólo cuando está en el escenario.» «E inmediatamente supe que yo estaba en un mundo que me conmovía muy profundamente y que necesitaba un poco más de tiempo para explorar aún más ese mundo.»
Cuba ha recorrido un largo camino desde la revolución socialista de Castro en la década de 1960. En aquel entonces los homosexuales eran encarcelados en prisiones y campos de trabajo. Hoy en día el país cuenta con las operaciones de re-asignación de sexo libres y se ha legislado la prohibición de «cualquier discriminación que hiera a la dignidad humana» en su constitución. En 2010, Fidel Castro describió el tratamiento dado a las personas LGBT durante su régimen como una «gran injusticia». Apenas el año pasado, Mariela Castro, hija del presidente Raúl Castro e importante activista de los derechos LGBT del país, planeó una boda masiva simbólica para promover la aceptación de gays, lesbianas y personas trans, cubanos y cubanas.
Sin embargo, aunque se han hecho grandes progresos, hay quienes sostienen que aún queda mucho por hacer en el país predominantemente católico donde el estigma social por el solo hecho de ser una persona LGBT aún ocupa un lugar preponderante.
Exagera «Viva» los progresos realizados en el país?
«No fue tanto nuestra intención relatar la historia de los progresos», dijo. «Nosotros estábamos trabajando con un grupo [drag queens y actores transformistas] que fue aún más marginado. No era raro en absoluto para estas personas haber pasado tiempo en la cárcel, y tenían marcas en sus puños de las lesiónes que eso les produjo. Ha habido un progreso oficial, pero las culturas no cambian de la noche a la mañana«.
El conflicto central de «Viva» gira en torno a la batalla entre Ángel y Mama, y en quién podrá finalmente influir más sobre Jesús. Es tentador, es ver la lucha entre el padre biológico de Jesús y su «madre» adoptiva trans, algo así como una batalla entre la vieja y la nueva Cuba, en materia de derechos LGBT.
«Una de las preguntas en la película es, ¿qué significa ser un hombre fuerte?«, dijo Breathnach. «La femeneidad en un hombre es vista como una debilidad. Quisimos explorar cómo esa femeneidad fue en realidad una fortaleza».
Quizás el otro gran triunfo es que una película como «Viva«, incluso exista. Es probable que no se podría haber hecho en Cuba diez años atrás. Por otra parte, gran parte del progreso de los Estados Unidos en materia de derechos LGBT tampoco se habrían podido imaginar diez años atrás.
Eric Sasson escribe «Ctrl-Alt,» la columna de Speakeasy en cultura alternativa. Es autor de «Márgenes de Tolerancia» y de su próxima novela «Admisión». Lo puedes seguir en Twitter @idazlei.
Fuente Original (en Ingles): The Wall Street Journal
